En Argentina, "buenardo" es un neologismo que se utiliza para describir a personas o cosas que son excepcionales o extraordinarias en términos positivos. Se emplea para resaltar la bondad, calidad o lo impresionante de algo o alguien. Esta palabra ha ganado popularidad gracias al influjo de las redes sociales y, su promoción en parte debido al famoso streamer argentino, quien la popularizó en uno de sus videos en YouTube.
La palabra "buenardo" ha trascendido su contexto original y ha sido adoptado por hablantes del español rioplatense, así como por jóvenes de Chile, México, Venezuela y otros países hispanohablantes. Incluso ha dado lugar a derivaciones como "malardo" y "epicardo".
El dinámico mundo de los idiomas siempre se encuentra en constante evolución, nutriéndose de neologismos que surgen a diario y permiten que las lenguas se mantengan actualizadas. Esta característica ha llevado a que los jóvenes utilicen palabras y expresiones que a menudo desconciertan a las generaciones anteriores. Un claro ejemplo de esto es la palabra "buenardo", un término argentino que se ha vuelto popular entre los hablantes del español rioplatense y se ha extendido a otros países de latinoamérica.
Al surgir nuevas palabras, es común que algunos critiquen su necesidad, argumentando que ya existen términos equivalentes. En el caso de "buenardo", que se refiere a algo excepcionalmente bueno, podría cuestionarse su utilidad ante palabras como "buenísimo". El profesor Ricardo Martínez, de la Facultad de Comunicación y Letras UDP, explica que las palabras altamente connotativas, como "bueno" o "malo", pueden perder su efecto emocional con el tiempo, llevando a los hablantes a buscar alternativas connotativas frescas, como "buenardo".
En resumen, "buenardo" es una palabra que ejemplifica cómo las lenguas están en constante cambio y adaptación, como mostramos en Argentinismos. Su origen en la jerga streamer y su rápida propagación a través de las redes sociales son muestra de la vitalidad y dinamismo de los idiomas en la era digital. Aunque algunos puedan cuestionar su necesidad, la popularidad de "buenardo" entre la juventud hispanohablante es un testimonio del poder de las palabras para expresar emociones y enriquecer el léxico de un idioma en evolución constante.